Los distintos modos de entender el conocimiento de la educación han generado una diversidad necesaria de conocimientos teóricos de la educación, según el tipo de problemas que estemos analizando. A veces necesitaremos teorías sustantivas de la educación (para explicar y comprender la educación en conceptos propios); a veces necesitaremos teorías prácticas y teorías interpretativas (para orientar la intervención hacia fines socialmente prescritos o para comprender la intervención educativa en términos validados por otras disciplinas consolidadas, como la Psicología, la Sociología, etc.); y, a veces, necesitaremos teorías filosóficas de la educación (para hacer fenomenología de un fin en sí, estudiar la lógica interna del fin dentro del sistema conceptual de “educación” o conocer las consecuencias que se derivan para la educación de una determinada concepción de vida). Desde esta perspectiva, el desarrollo de la disciplina Tea.Ed. avala la profundización en la dimensión de la pluralidad de la investigación disciplinar en la cuádruple acepción de: 1) Investigaciones teóricas acerca de la educación (teorías filosóficas e interpretativas de la educación); 2) Investigaciones teóricas de la educación como construcción científica (teoría como nivel epistemológico de análisis, distinto del nivel Tecnología y del nivel Investigación activa o práctica); 3) Investigaciones de teoría de la educación como disciplina académica sustantiva (teoría, tecnología y práctica de la intervención pedagógica general); 4) Teorías prácticas de la educación (tecnologías derivadas validadas con las teorías interpretativas, par alcanzar metas socialmente valiosas para la educación).
Desde esta perspectiva de aproximación al problema, la Tea.Ed. tiene el reto de permanecer abierta a la investigación para favorecer su desarrollo como construcción científica y como disciplina académica, bien sea como investigación acerca de la educación como ámbito de realidad, bien sea como investigación del conocimiento de la educación. Y esto afecta a la disciplina como disciplina a enseñar, a investigar y de investigación; y por tanto, a los contenidos de los programas, al concepto, a los modos de investigar y enseñar la disciplina y a los focos temáticos de investigación que deben ser contemplados, atendiendo a principios generales de metodología de investigación -apertura, prescriptividad, pluralidad y correspondencia objetual- y a principios de investigación pedagógica –objetividad, complejidad objetual, autonomía funcional, complementariedad metodológica y validez o significación- (Touriñán y Sáez, 2012, Teoría de la educación, metodología y focalizaciones. La mirada pedagógica).